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El sueño afecta muy directamente a nuestra salud, ya que tiene como función regenerar el organismo, de ahí la importancia de tener un descanso de calidad, pues no hay un sólo sistema de nuestro cuerpo que no se vea afectado por la falta de sueño. El cerebro sufre gran estrés con los trastornos de sueño y nuestra calidad de vida se ve afectada en consecuencia.
Un descanso de calidad depende de 3 factores:
- Continuidad del sueño: es la continuidad del sueño profundo, es decir, el tiempo que dormimos sin interrupciones.
- Profundidad del sueño: se refiere a aquella fase del sueño donde las ondas cerebrales son más amplias y el ritmo respiratorio es más lento.
- Fase rem: la fase rem del sueño es la fase donde el cerebro tiene una mayor actividad y cuando se experimentan los sueños.
Consecuencias de la falta sueño
Muchas personas no consiguen tener un sueño profundo, debido a que descuidan o no pueden mantener unos hábitos de sueño saludables, ya sea por su tipo de vida o por problemas de salud, que hacen que se despierten repetidamente durante la noche o no consigan dormir profundamente. La consecuencia de esto es lo que se denomina como insomnio crónico.
Para nuestra salud física y mental es muy importante no tener problemas para dormir, llegando a surgir graves consecuencias en el bienestar de las personas a consecuencia de dicho insomnio. Al no dormir lo suficiente, el cerebro tiene problemas para funcionar adecuadamente. Las consecuencias pueden ser falta de concentración, aletargamiento o irascibilidad, lo que conlleva grandes dificultades para relacionarse con el entorno y desempeñar las tareas cotidianas.
Debido a la falta de sueño la depresión y el estrés suelen ser problemas comunes, aunque muchas veces es difícil determinar qué fue primero. Ambas afecciones se retroalimentan y generan un ciclo agotador, muy perjudicial para la salud. La depresión causa la falta de sueño y así mismo el insomnio puede generar la depresión.
También durante el sueño el cerebro elimina una serie de toxinas, las cuales se acumulan a lo largo del día y están asociadas con la aceleración del envejecimiento, llegando a ser muy estrecha la relación entre la falta de sueño y el alzheimer.
Enfermedad por falta de sueño
Además, pueden haber otras consecuencias, como la obesidad por problemas del sueño, al igual que se puede padecer hipertensión, un deterioro cognitivo o una menor inmunidad, pues igual que el cerebro, el cuerpo también necesita un descanso óptimo para recuperarse.
Las principales enfermedades surgidas a consecuencia del mal sueño son:
Diabetes
El sueño deficiente afecta al funcionamiento del cuerpo y esto hace que no se regule bien el nivel de azúcar en la sangre.
Enfermedad cardiovasculares
Los problemas para dormir elevan los niveles de la presión arterial y generan inflamación, lo cual es muy perjudicial para la salud del corazón. Al dormir menos de 6 horas se tiene un 27% más de probabilidades de padecer aterosclerosis, una dolencia relacionada con el infarto de miocardio. Cuando el sueño es de mala calidad, este riesgo asciende al 34%2, lo que deja clara la relación entre el sueño y la enfermedad cardiovascular.
Obesidad o sobrepeso
una consecuencia surgida a raíz del mal sueño es la obesidad, pues la falta de descanso hace que se tenga más apetito y que así se coma en exceso. Al igual que tal desajuste conlleva malos hábitos alimenticios, como el abuso de productos azucarados y con un alto nivel de grasa.
Infección
Entre los síntomas por la falta de sueño, también está el desgaste para el sistema inmunitario, facilitando infecciones en el organismo, que pueden manifestarse, por ejemplo, en forma de resfriados.
Apnea del sueño
El insomnio puede provocar además patologías como la apnea del sueño, un problema muy grave aunque subestimado y que afecta a la mitad de los mayores de cuarenta años. Esta es una enfermedad neuronal, donde los nervios de la cabeza cierran las vías respiratorias superiores, provocando un ahogo, similar al de cuando se aguanta la respiración, y que puede durar minutos sin que nos demos cuenta.
De este modo, un hábito fundamental y que hemos de cuidar es el descanso nocturno, pues este es la base de nuestra salud y que hace posible que nuestro organismo se mantenga en buen estado, así como que se recupere cuando lo necesite, como por ejemplo cuando nos resfriamos. Sacrificar horas de sueño supone un ataque directo a la salud, al igual que padecer insomnio supone la innegable aparición de diversas dolencias y enfermedades, tanto de tipo mental como físico. Asimismo hemos de tratar de dormir de forma natural, pues el uso de somníferos es perjudicial también para la salud.
Si quiere cuidar su salud ha de descansar adecuadamente, ya que sin un sueño reparador el cuerpo se resiente, debido a que no puede reponer aquello que ha gastado en el día, y entonces es muy probable que surjan enfermedades.