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A día de hoy existen toda una serie de creencias falsas en lo que se refiere al sueño, las cuales surgen de la intuición pero son totalmente erróneas.
Hay muchas creencias populares, que se siguen creyendo por costumbre o conveniencia y por eso, a pesar del avance científico actual, muchas personas se han quedado atrapadas en extrañas creencias. En contra de tales mitos, varias instituciones científicas internacionales han publicado informes, mediante los que se intenta arrojar algo de luz en este asunto
Se puede recuperar sueño atrasado durante el fin de semana
El concepto de "sueño atrasado" es uno de los mitos más inquietantes. En base a este mito, muchas personas no duermen lo suficiente durante la semana y luego durante el fin de semana duermen muchas horas, tratando así de recuperar aquellas horas que no durmieron durante la semana.
Estudios científicos han demostrado que dormir más de 10 horas puede tener consecuencias perjudiciales, ya que tal hábito afecta a la función cognitiva. De hecho, esto es más dañino que dormir menos de 5 horas. Así que lo mejor es tener un sueño regular, asegurándose de recuperar el hábito del sueño en cuanto este se resienta.
Es imposible recuperar en el fin de semana las horas no dormidas durante el resto de días; las consecuencias de la privación de sueño persistirán siempre. Dormir de más hace mal ya que a pesar de compensar levemente el cansancio durante el fin de semana, aún así los efectos negativos de la falta de sueño son irremediables. Por ello, la idea de recuperar el sueño durante el fin de semana es científicamente imposible.
Se tienen mayores niveles de productividad en la noche
Se suele tener la idea de que un horario vespertino es más productivo, que a esas horas del día se piensa mejor y por tanto también se trabaja mejor. Pero en este razonamiento no se tiene algo muy importante en cuenta, que son los distintos cronotipos que cada persona tiene, los cuales definen genéticamente a las personas y las hacen así más a menos adecuadas para trabajar en según qué horarios.
Aunque es innegable que para ser productivo hay que estar descansado y que esto se da en mayor medida tras despertar, no se puede afirmar que todos funcionan mejor en la mañana, pues muchos tienen mayor claridad mental en horas tardías y si adecuaran su horario de trabajo a las horas nocturnas o de la tarde, su productividad sería igual de buena que los que trabajan en la mañana.
Entonces, el problema aquí son los horarios que las empresas ofrecen, los cuales generalmente son matutinos. De este modo, muchas personas sienten que de esta forma son muy productivos, mientras otras sienten que no dan de sí todo lo que podrían.Por ello, sería un avance muy interesante si las empresas tuvieran esto en cuenta. Se crearían así horarios adaptados a cada tipo de trabajador y de este modo cada cual podría ser más productivo y repercutir muy positivamente en la empresa. Por lo que este mito es parcialmente cierto, pues, aunque la noche o el día no son en sí más o menos productivos, sino que esto dependerá del tipo de tendencia natural de cada persona, es verdad que para muchos la noche es más productiva.
Hay que tomar pastillas para dormir bien
Este es otro mito del sueño, por el cual la gente utiliza fármacos para dormir. Sin embargo, una vez que tales sustancias dejan de usarse reaparecen los problemas de insomnio. El sueño es un aspecto del comportamiento humano y debe tratarse como tal. Por lo tanto, el tratamiento más eficaz consiste en establecer una rutina diaria ideal y ser constante al respecto. Aunque los somníferos permiten conciliar el sueño rápidamente, obstruyen las células que transportan la información al cerebro y perturban considerablemente las fases del sueño, más concretamente la fase rem del sueño.
El consumo de somníferos ha de tratarse con mucha cautela, porque si bien es cierto que estos facilitan el sueño, no hay que olvidar que deben tomarse en cantidades moderadas y procurar no generar una adicción a los somníferos. Teniendo en cuenta los puntos anteriores, podemos afirmar que se trata de un falso mito y que por tanto los somníferos no son una solución.
Hay que dormir 8 horas diarias
En realidad, el número de horas de sueño necesarias varía de una persona a otra y suele disminuir con la edad, porque los adultos duermen menos según envejecen. Pero, aunque lo recomendable es que los adultos duerman entre 7 y 9 horas cada noche, hay que tener en cuenta la calidad del sueño y la hora de despertar, pues se puede dormir 8 horas y seguir sintiéndose cansado por la mañana. Pensar que existe una duración ideal para todos de 8 horas es también falsa, pues para un buen funcionamiento al día siguiente es aconsejable entre 6 y 8 horas, ya que esto permite al cuerpo humano regenerarse más fácilmente. En general, el número de horas que una persona necesita para recuperarse depende de su genética y por lo tanto varía de una persona a otra.
Según estudios realizados en este campo, parece existir un vínculo entre el sueño y la longevidad, ya que dormir poco es perjudicial para la esperanza de vida. Según un estudio canadiense, los adultos que respetan las horas de sueño recomendadas viven 1,2 años más que los que no duermen lo suficiente y 2,6 años más que los que duermen demasiado. Los efectos de la falta de sueño en el organismo son crónicos para la salud del corazón y los vasos sanguíneos, y dormir lo suficiente ayuda a mantener una buena salud general.
No hay que hacer distintos usos de la cama
Si se trabaja en la cama o si se pasa el tiempo en ella, por ejemplo, viendo en Netflix series y películas, al ser ser un lugar blando y cómodo, el cerebro ya no lo asocia con el descanso y al ir a dormir seguiremos inquietos, predispuestos a seguir activos. Por ello hay que reducir las horas que se pasa despierto en la cama y entrenar así el cerebro para que asocie la cama con el sueño, de modo que al tratar de dormir sea más fácil entrar en un estado somnoliento.
Para que el cuerpo funcione correctamente, es preferible no utilizar la cama para trabajar o ver películas, sino reservar la cama exclusivamente para el sueño. Esto revela que el mito de la cama como lugar multiusos es falso, ya que en realidad tal uso de la cama provoca un sueño irregular.
La luz azul afecta al sueño
Esta es una consideración para las personas que usan dispositivos electrónicos hasta tarde, tales como el teléfono móvil, la tablet o la televisión, pues tales aparatos emiten luz azul, la cual interfiere en la producción de melatonina, que es la hormona que regula el sueño. Una solución es usar gafas protectoras o correctoras, que filtran la luz azul emitida por estas pantallas y reducen sus efectos negativos. Aunque lo más recomendable es dejar de utilizar por completo los dispositivos horas antes de acostarte.
Otra opción es configurar la pantalla, reduciendo la cantidad de luz que emite.También puede usarse una aplicación para el teléfono inteligente, mediante la que controlar y poner límites al uso del teléfono u otros dispositivos.
La luz azul forma parte de la luz blanca. El espectro de la luz blanca está formado por una mezcla de colores: violeta, verde, índigo, rojo, azul, amarillo y naranja. La luz azul también está contenida en la luz solar y también en la de las bombillas que dan iluminación a la habitación, por lo que estamos expuestos a esta luz azul a diario y al exponernos a ella en la noche hace que el cerebro sienta que aún es de día.
La luz azul contenida en la luz blanca emitida por el sol es beneficiosa para el organismo, debido a que está bien distribuida, pero la cantidad de luz azul contenida en la iluminación artificial (leds y pantallas, por ejemplo) es mayor y tiene frecuencias perjudiciales para la retina, por lo que se recomienda no exponerse demasiado, ya que puede ser la causa de ciertas anomalías y enfermedades.
Entonces, se confirma el mito de que la luz azul es perjudicial para el sueño, especialmente la producida por la iluminación artificial y los numerosos aparatos electrónicos que poseemos.
La siesta es perfecta para recuperarse
Las siestas no son sólo para los niños pequeños y los ancianos. Tras dormir mal en la noche, puede que sea necesario hacer una siesta para volver a sentirse bien. Para obtener los mejores resultados, se ha de hacer una siesta de entre 10 y 30 minutos y entre las 13:00 y las 16:00 horas. Dormir más tiempo o más tarde puede tener el efecto contrario y generar un patrón del sueño alterado. Se ha comprobado que los adultos que no dormían una siesta corta anteriormente, al comenzar a practicarla mostraban un aumento considerable de su rendimiento.
En Japón la siesta durante el día se ha convertido en parte de la cultura laboral. Los trabajadores japoneses duermen de media menos de 7 horas por noche, lo que demuestra que las siestas mejoran su rendimiento y productividad en general.
Es importante hacer que una habitación tenga las condiciones adecuadas para la siesta, para ello se puede instalar cortinas de la colección Millenium Velvet, de la marca Schuette®, las cuales están confeccionadas con tejidos de terciopelo de gran grosor y por ello proporcionan una gran oscuridad en la habitación.
Por tanto, el mito de la siesta recuperadora y beneficiosa es probablemente real y contribuye a la mejora de las facultades humanas que la falta de sueño puede obstaculizar.
Es importante tener una buena rutina de sueño
Levantarse y acostarse a la misma hora todos los días puede ser difícil, pero es muy beneficioso asegurarse de dormir lo necesario, estableciendo así una rutina flexible. Si se prefiere trabajar de noche, es importante tener en cuenta las sugerencias anteriores y de este modo conciliar el sueño rápidamente al terminar. Aunque es preferible trabajar temprano por la mañana, pues según se ha investigado las horas posteriores a despertarse son las más productivas del día. Y cuando se trata de levantarse de la cama, muchas personas tienen malos hábitos y estos afectan negativamente al resto del día.
Mantener una rutina puede resultar molesto a veces, pero este es un pequeño sacrificio que permite regenerar las células y recuperarse adecuadamente. El mito que le anima a establecer una rutina para mejorar su sueño es, por tanto, cierto y muy beneficioso para su salud.
Apagar el despertador para dormir mejor
Probablemente el mal hábito más común y más irresponsable en la cama sea apagar el despertador y posponer la primera tarea del día: "levantarse".
El número ideal de horas de sueño se considera una cuota a alcanzar,así que muchos creen que 15 o 20 minutos más de sueño ayudan a alcanzar la cuota fijada. Pero se ha de saber que esto no es así, porque lo más importante es garantizar un ciclo de sueño de buena calidad y minimizar las interrupciones. De hecho, volver a dormir después de un despertar tardío puede alterar el ciclo del sueño y hacer que se pierda lo recuperado tras una buena noche de sueño.
De hecho, la idea de cambiar la hora de la alarma para poder recuperarse no es cierta, porque el sueño interrumpido no es reparador. Es mejor apagar la alarma y dejar que el cuerpo se recupere por sí mismo.
Relación entre sueño y salud
Aunque la ciencia del sueño sigue siendo un tanto misteriosa, una cosa es cierta: una buena noche de sueño tiene efectos positivos, los cuales se dejan sentir durante todo el día. Ignorar la importancia del sueño obstaculiza su día a día. La falta de sueño puede ser la causa de muchos problemas de salud, y un sueño reparador refuerza la capacidad del sistema inmunitario para luchar contra las enfermedades.
Dormir menos expone al organismo a enfermedades como la obesidad, la diabetes y muchas otras, porque la falta de sueño obliga al cuerpo a consumir alimentos ricos en carbohidratos y calorías. Es a través del sueño que el cuerpo es capaz de producir nuevas células para reemplazar las ya destruidas. De hecho, dormir bien es esencial para la recuperación física y mental y, por tanto, para una mejor calidad de vida. Dormir bien potencia las capacidades y mejora la memoria, el comportamiento, la atención y la salud en general.
Si se quiere llevar una vida sana y equilibrada, el sueño debe ser una prioridad. La falta de sueño es un imán para las enfermedades físicas y mentales, así que no hay que creerse todos los mitos sobre el sueño y centrarse en cambio en mantener tu salud.