La importancia del descanso

El descanso es obligatorio, pues esta es una función fisiológica imprescindible para la vida y para nuestra salud. El tener un descanso adecuado tiene la misma importancia que respirar, comer o beber. Asimismo, se entiende como descanso óptimo cuando se tiene un sueño reparador. 

Durante la noche ocurren muchas cosas en nuestro organismo, de ahí la importancia del descanso. El cerebro y el cuerpo siguen teniendo actividad. Mientras dormimos tienen lugar muchos procesos fisiológicos, los cuales ayudan a equilibrar el organismo y mantener un buen estado.

Cambios fisiológicos durante el sueño

  • Por la noche es cuando se produce el proceso de limpieza de nuestro cerebro, por lo que el descanso y salud mental están muy relacionados. Entonces, gracias a esto consolidamos la memoria y el aprendizaje, al igual que equilibramos el sistema nervioso, con lo que se tiene un mejor control de nuestras emociones.
  • Se equilibra el sistema hormonal, lo que es fundamental para nuestro cuerpo, ya que dichas hormonas llevan mucha información importante para nuestro cuerpo, lo que evidencia la estrecha relación entre descanso y salud.
  • Se fortalece nuestra respuesta inmune, lo que es importante para combatir todas las amenazas exteriores, como bacterias o virus, lo cual es fundamental, sobre todo en estos días.
  • Se regeneran nuestros tejidos, pues al dormir se crean más hormonas del crecimiento, lo cual es especialmente importante en niños y adolescentes, quienes están en pleno desarrollo.

Por todo esto es importante aprender a tener un descanso adecuado, es decir a conciliar un sueño reparador. Vivimos unas vidas muy ajetreadas, donde el trabajo, los hijos, las tareas domésticas, etc, ocupan la mayor parte de nuestras actividades hasta tarde. Esto hace que durmamos cada vez menos y peor, a pesar de que cada vez hay más información sobre la importancia del sueño.

Falta de sueño crónico

Según la Sociedad Española de Neurología, cuatro millones de personas en España sufren falta de sueño crónico, de carácter grave y crónico. Asimismo, doce millones de españoles debido a la falta de sueño sufren síntomas diversos, como por ejemplo despertar cansados, casi más que cuando se han ido a la cama. Por tanto, es importante no sólo ocuparse de los casos más graves, sino también intentar mejorar el sueño en general, fijando así hábitos mucho más saludables y que ayuden a descansar mejor.

La falta de sueño como signo de los tiempos actuales

Actualmente hay una excesiva hiperactividad, motivada por la necesidad de producir y consumir, por lo que tenemos pocos momentos de verdadera tranquilidad. Además es muy común tener horarios nocturnos, lo cual es muy contraproducente para la salud.

Se sufre también de una vida muy acelerada, llena de prisas, muy estresante y que acaba afectando al sueño. Por ello es fundamental tomar una decisión firme al respecto y dar así prioridad a nuestro descanso y otorgarle un lugar importante en nuestra agenda, pues la falta de sueño tiene consecuencias negativas para la salud. Igualmente es necesario tener mucha disciplina, para así mantener unos hábitos que favorezcan el sueño, pues sin constancia no se consiguen resultados.

Evitar que el sueño provoque estrés 

Es importante no hacer del sueño algo estresante, por miedo a no poder conciliar el sueño o a no poder dormir bien. Hay que ver el hecho de dormir como algo placentero y no como algo que nos quita tiempo para otras actividades. El sueño ha de verse entonces como algo irrenunciable, pero también como una satisfacción necesaria. Se ha de ver el descanso y el dormir bien como parte de nuestro autocuidado y por tanto como algo que también hacemos por gust

Cronotipos

Este es un rasgo de los seres humanos, semejante al color de pelo, el tono de piel o la altura. El cronotipo es un rasgo más y depende de factores como la genética o el estilo de vida. Nuestro cuerpo se rige por tres relojes:

  • El primero es el reloj biológico.
  • Luego está el reloj ambiental, marcado por el ciclo de luz y oscuridad.
  • Por último está el reloj social, marcado por el trabajo, la escuela, el ocio, etc.

Entonces, el modo en cómo sincronizamos esos tres relojes define nuestro cronotipo, del que hay tres tipos, según la hora central del sueño:

  • El tipo matutino tiene la hora central del sueño a las dos de la madrugada, lo que significa que se tiene sueño a las diez de la noche y se despierta de forma natural a las seis o seis y media.
  • Sin embargo, el tipo el tipo vespertino tiene el sueño más profundo, por tanto un nivel mayor de melatonina, alrededor de las cinco de la mañana, por lo que se siente sueño a las doce o a la una y la hora natural de despertar es entre las nueve y las diez de la mañana.
  • Entre medio está el resto de la población, cuyas horas de sueño oscilan entre los dos tipos anteriores.

Horas de sueño recomendadas

Sobre esto no hay una regla exacta, pues cada persona tiene una necesidades diferentes, incluso una misma persona no duerme siempre la misma cantidad de horas. Pero es verdad que, según la edad, existen horas medias de sueño que son necesarias. Las horas que ha de dormir un bebé son  muchas. Los niños entre seis y doce años necesitan aproximadamente unas diez horas de sueño, mientras que después de los doce necesitan alrededor de nueve horas. Los adultos por su parte necesitan entre siete y nueve horas de sueño cada día.

Continuidad del sueño

Aunque la calidad de un sueño adecuado no se mide sólo por su duración, sino que también es fundamental la continuidad. Durante la noche suceden entre cuatro y seis ciclos de noventa minutos cada uno, mientras que esos ciclos se componen también de fases; fase de sueño ligero, fase de sueño profundo y fase de sueño REM, que es cuando soñamos de forma más vívida. 

Entonces, al no dormir el tiempo necesario y con la continuidad necesaria, no se cumplen dichos ciclos o se ven interrumpidos. Esto es un problema muy común de las personas mayores, que suelen dar «cabezadas» durante el día y luego en la noche ven interrumpido el sueño con frecuencia, sin conseguir descanso y sin dormir bien.

Profundidad del sueño

La profundidad del sueño es también muy importante, pues en las fases más profundas es cuando se agregan muchas hormonas, como por ejemplo la del crecimiento. Asimismo es cuando se consolidan los procesos relacionados con el aprendizaje, o cuando se realiza la limpieza de toxinas en el cerebro.

Regularidad del sueño

Otra característica del sueño reparador es la regularidad, ya que cada día de sueño es importante y aquellas horas no dormidas son imposibles de recuperar a posteriori, aunque se duerman más horas los siguientes días.

El cuerpo necesita regularidad para tener descanso y buena salud. Los altibajos, en lo que se refiere a las horas de sueño, afectan muy negativamente. Nuestro organismo necesita de ritmos estables, por lo que cuanto más regular sea nuestra hora de dormir mejor. 

Uso saludable de la tecnología

Para tener un buen descanso al dormir es necesario cuidar el uso de las pantallas, como la del teléfono móvil, el ordenador o la tablet. Por ejemplo, según estudios, miramos el móvil entre ciento cincuenta y doscientas veces al día. Esto supone un gran impacto en cómo dormimos, por lo que hay que usar la tecnología de forma responsable. Las pantallas desprenden luz azul, la cual de por sí no es mala, simplemente es la encargada de informar al cerebro que es de día y que por tanto ha de tener una actividad alta. Por ello, es necesario oscurecer la habitación para dormir.

El problema se da de noche, pues al continuar recibiendo esa luz tan excitante y que interpretamos como diurna, el cerebro no consigue adoptar un ritmo más acorde con el descanso, lo que supone un desajuste de nuestro organismo. Además, aquello que vemos supone una estimulación cerebral, sobre todo cuando usamos redes sociales o revisamos el email, lo que implica una gran actividad cognitiva. Entonces, para dormir el cerebro ha de bajar el ritmo de manera muy rápida, lo cual no es posible y se hace muy difícil así conciliar el sueño.

Qué hacer cuando no se puede dormir

La mejor solución es preparar el momento de dormir a lo largo del día, conociendo cómo nuestros hábitos afectan al sueño. Hace falta un periodo de adaptación para meternos en la cama. Si nos acostamos directamente, tras un día de continuas actividades intensas, será difícil conciliar el sueño de pronto y muy probable que nuestra mente se vea invadida por multitud de pensamientos, los cuales nos harán no poder dormir por ansiedad.

Podemos realizar diversas técnicas antes de dormir o cuando no podemos dormir, tales como:

  • Quedarse tumbado en la cama sintiendo la respiración, lo cual es un método similar a la meditación. Esto ayuda a no pensar en quehaceres o problemas que nos agitan y causan el no poder dormir en toda la noche.
  • Podemos practicar meditación antes de dormir. Para ello nos hemos de sentar con la espalda recta y los ojos cerrados para notar la sensación del aire entrando y saliendo al respirar.
  • Escuchar música relajante es también una buena opción, mediante la cual  adoptar un ritmo que nos facilite el descanso y dormir bien.
  • Podemos levantarnos y tomar una infusión o leer un libro. Esto rompe el ciclo, en donde estamos en la cama sin dormir, y podemos así volver a intentar quedarnos dormidos, tras haber hecho algo relajante.
  • Hay que evitar usar el teléfono móvil, aunque es una opción tentadora para pasar el rato mientras no dormimos, pero esto nos despertará aún más.

Es muy importante conocer cuán importante es el descanso, así como saber cómo lograr descansar de forma adecuada y así conseguir que el cuerpo se recupere tras la jornada, pues de lo contrario la salud puede verse resentida.