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Es muy habitual que, tras haber dormido bien, nos sintamos cansados ya a primera hora. Esto probablemente se debe a que a cómo nos despertamos y cómo iniciamos el día, por lo que es muy importante saber cómo nuestros hábitos afectan al sueño.
Evitar posponer el despertador
Un hábito muy común y también contraproducente es posponer la alarma de nuestro despertador. Esto en lugar de aportarnos más descanso, lo que hace es aturdirnos y que levantarnos de la cama resulte más difícil y desagradable. Al hacer esto se le comunica al cerebro que debe volver a dormir, lo que dificulta luego nuestra posterior activación e impide despertar con energía. Sentiremos en consecuencia pesadez y cansancio, así como muy poca vitalidad, incluso es posible también que estemos de mal humor. Por lo tanto, es mejor poner el despertador lejos de la cama y así evitar posponerlo, gracias a lo cual podremos levantarnos a la primera.
Iluminar la habitación al levantarnos
Según nos levantamos debemos de ocuparnos del entorno. De tal modo, hemos de crear un ambiente diurno, para que así nuestra mente y nuestro organismo entienda el cambio de estado, de dormido a despierto. Es fundamental abrir los estores o cortinas e iluminar la habitación con la luz de la mañana. Esto es algo muy sencillo de hacer, pero que ayuda mucho a activarnos. En el caso de que se madrugue, se puede incluso dejar las ventanas descubiertas al acostarse, para así despertarnos con la luz natural. Si en cambio, no madrugamos tanto es preferible mantener las ventanas cubiertas hasta levantarnos, ya que la luz de la mañana interrumpirá nuestro sueño con demasiada antelación.
Beber agua al despertar
Tomar agua al despertar tiene beneficios muy significativos para nuestro cuerpo, ya que según estudios científicos esto acelera el metabolismo un 30%. Además, de esta forma nos hidratamos después de toda la noche, lo que beneficia, además de a la piel, al cerebro y al cuerpo, además de que ayuda a tener más energía tras despertarnos. La deshidratación implica fatiga, sobre todo si no se ha bebido suficiente antes de dormir, por lo que ese vaso de agua recupera nuestro organismo.
Agua como sustituto del café
Según lo anteriormente dicho, el agua es el mejor sustituto del café en la mañana. A pesar de que el café sea la manera más común de combatir el sueño en la actualidad, esto no es buena idea ya que puede deshidratar aún más nuestro organismo. Asimismo, se aconseja beber el agua tibia, pues de esta forma el sistema digestivo se beneficia y se limpia también el organismo. Podemos incluso agregar limón al agua y así conseguir sabor, además de aprovechar así los beneficios de esa fruta, que también ayuda con la digestión, absorbe las grasas, estimula la producción de bilis y mejora la función hepática.
Entrenar al despertar
Para despertar el cuerpo y la mente podemos hacer algo de ejercicio antes de desayunar, lo cual sirve también para generar endorfinas, abrir el apetito y darnos un gran entusiasmo. Precisamente esta actividad matutina hará que durante el día se tenga más energía y por tanto el desempeño de nuestros quehaceres será mejor. Practicar yoga es una muy buena idea y ejercicios como el Saludo al sol nos ayudarán a activar nuestra circulación y nuestros músculos, así como a oxigenarse. Igualmente, si es posible salir a correr o a nadar nuestro cuerpo y mente se beneficiarán mucho, además de que esto nos activará para el resto del día.
La importancia de un desayuno saludable
Después de toda la noche, la importancia del desayuno es innegable, pues es la mejor forma de recuperar las fuerzas. Por tanto hay que hacer un buen desayuno y dotar así a nuestro cuerpo de suficientes recursos. Esto hará que podamos comenzar el día con energía y no sufrir un excesivo desgaste durante la mañana. Claro está que dicho desayuno, además de ser muy completo, ha de estar compuesto por productos saludables, tales como fruta y vegetales.
Ducha de agua fría
Con una ducha de agua fría por la mañana nuestro organismo se verá beneficiado y recargaremos las pilas rápidamente. Con este método la circulación se activa, generando endorfinas, lo cual hará que tengamos mucha más energía desde la mañana y una mejor salud en general.
Es comprensible que de primeras el agua fría resulte desagradable, pero es muy aconsejable acabar adaptándose. Si no podemos soportarlo de primeras, sobre todo en invierno, se puede ir poco a poco reduciendo la temperatura. Las primeras veces podemos ducharnos con agua tibia y al final aplicar el agua fría. Con el tiempo nos iremos acostumbrando, hasta llegar a ducharnos con agua fría desde el comienzo.
Adelantar la hora de irse a dormir
También es muy posible que el cansancio en la mañana sea culpa de dormir poco. Entonces, si se tiene poca energía tras despertar, es recomendable intentar acostarse antes y así dormir más horas. Una persona adulta debe dormir entre unas seis y nueve horas, aunque cada cual ha de averiguar cuántas horas necesita, siempre dentro del margen mencionado. Es necesario así fijar un horario para dormir y controlar las horas de sueño. Si nos es muy difícil hacerlo de golpe, podemos hacerlo gradualmente e ir adelantando quince minutos la hora de dormir.
Tener una buena rutina en el día a día
Aunque parezca curioso, nuestra rutina en el día a día afecta a nuestro despertar, pues en el transcurso del día nuestro cuerpo se prepara para la noche y si no cuidamos esto el sueño se verá afectado y en consecuencia también el despertar.
De este modo, es importante que la tarde sea tranquila, sobre todo las horas cercanas a la hora de dormir. Con esto es mucho más probable tener un descanso reparador y que al despertar nos sintamos realmente descansados, llenos de energía y preparados para afrontar el nuevo día.
También es necesario reducir el uso de luces y pantallas según se acerca la hora de dormir, ya que la luz hace que no se segregue suficiente melatonina, la cual es necesaria para conciliar el sueño, y esto hace que nuestro cerebro no se siente preparado para dormir, pues cree que aún es de día.
Ejercicios de respiración
Otra cosa muy conveniente es realizar ejercicios de respiración al levantarnos. De esta manera comenzaremos el día oxigenando nuestro cerebro y nuestro cuerpo, así como los ejercicios de respiración sirven para fortalecer los pulmones y todo ello nos dará mucha más energía y nos hará sentir mucho más activos. Además, mediante la respiración se logra focalizar nuestros pensamientos, de forma similar que con la meditación, y así afrontar el día con una mejor predisposición cognitiva.
Meditar para regular el estrés
Es muy necesario el aprender a regular el estrés, ya sea antes de dormir, para así poder conciliar el sueño, o al despertar y que las preocupaciones o tareas pendientes no nos intimiden.
Una muy buena práctica para esto es la de meditar. Gracias a la meditación podemos conseguir una gran relajación, regular el cortisol y controlar tanto las emociones como los pensamientos. Así podemos administrar mejor todo lo que hemos de hacer y llevarlo a cabo de forma más eficaz y sin que el estrés nos invada.
No dormir más tiempo los fines de semana
Para poder mantener una buena rutina durante la semana, el fin de semana hemos de seguir, en la medida de lo posible, con esos mismos hábitos y no dormir más tiempo de lo necesario. También en el fin de semana se ha de entrenar al despertar, se ha de meditar y alimentarse de forma adecuada, para así no perder aquello que hemos logrado de lunes a viernes. Igualmente, no es conveniente irse a dormir más tarde de lo habitual, pues esto puede ser contraproducente para lo conseguido entre semana.
Para despertar con energía:
- No posponer el despertador
- Iluminar la habitación al levantarnos
- Beber agua al despertar
- Entrenar al despertar
- Comer un desayuno saludable
- Ducharse con agua fría
- Adelantar la hora de dormir
- Tener una buena rutina
- Hacer ejercicios de respiración
- Meditar
- No dormir más los fines de semana
Si cuida su rutina diaria podrá disponer de una mayor energía y de este modo su día a día será más satisfactorio. También al mantener unos buenos hábitos su salud se beneficiará y su calidad de vida será mucho mayor.